2019, año de definiciones.
Si como dijo el gran Enrique Santos Discépolo: “somos una mueca de lo que soñamos ser”; que esa mueca sea al menos el gesto de satisfacción de haber vencido al enemigo.
2019, año decisivo si los hay. Estamos en caída libre y cuatro años más de este gobierno neoliberal implicaría que no funcione el paracaídas que llevamos puesto.
Hay que derrotar a este gobierno amarillo a nivel Nacional, en la Ciudad y en la Facultad. Debemos intentarlo y vencer los diferentes grados de complejidad que cada ámbito tiene.
Bien sabemos, casi como una regla matemática, que el ser humano cuanto más se acerca a la Ciudad de Buenos Aires tiene más probabilidades de ser gorila y, de forma inversa, sucede cuando va hacia La Matanza dónde se incrementa en forma considerable las ganas del habitante en cantar la marcha. Ni que hablar de la FADU, inserta en la zona norte de la Ciudad, donde parece que el gorila se encuentra en su hábitat natural. Pero más hallá de estas dificultades con las que debemos convivir existe la capacidad de lucha de los compañeros para conseguir la victoria.
No hay fórmulas mágicas, la victoria se construye con unidad; el “todos unidos triunfaremos” no es una utopía, es una realidad efectiva.
Aquí aparece la discusión sobre qué bases se construye la unidad; las contradicciones primarias, secundarias, dejar de lado los egos y el problema de los sapos.
Tendremos que aprender a comerlos (salvo los envenenados); si están bien condimentados mejor para poder digerirlos con más facilidad y a no olvidarse de tener un Uvasal a mano.
Si pasamos con éxito esta etapa gastronómica el triunfo estará cerca, el paracaídas funcionará y llegará la hora de la reconstrucción, de volver mejores, de terminar lo que empezamos, de no cometer los mismos errores y sobre todo de ir a fondo con las transformaciones que dejamos a medias.
Comments