Los pueblos nunca se suicidan…Solo hemos visto en la historia situaciones en las que como trampa o confusión de coyuntura le han abierto las puertas a un “Caballo de Troya”, generando una catástrofe devastadora.
Desde ahí, se hace más fácil comprender el permanente batallar de los medios monopólicos y grupos de poder que, con su constante goteo mediático, tiene como objetivo lograr algo tan sencillo como que la mayoría suscriba a los intereses de unos pocos, los grupos concentrados de poder económico-financiero. Son ellos los que construyen la grieta a diario e instalan la violencia y persecución como práctica política-judicial cotidiana.
Intentar imponer una verdad hegemónica mediante “miente, miente que algo quedará” ha expresado históricamente, por medio del fascismo político, el capitalismo económico sin filtro. No nos olvidemos que todas las dictaduras militares en nuestro país han venido siempre a instalar el modelo neoliberal. Y se presentaron con un totalitarismo político y liberalismo económico.
Esto no sucede únicamente en nuestro país la base del capitalismo-financiero internacional y los grupos multinacionales en esta etapa de la historia, trabajan para convalidarse después de un prolongado y permanente accionar conjunto articulado entre los medios de comunicación monopólicos y el capital financiero, generando escenarios de pánico y miedo que permitan tener de rehén a una sociedad.
La derecha liberal quiere presentarse como una nueva “oferta” política mediante un estudiado marketing, balbuceando una supuesta salida y cambio a los problemas cotidianos de la gente para luego instalar un pensamiento único y gobernar para unos pocos. Ya los hemos visto en la Argentina en otros períodos de democracia expresarse por medio de conglomerados de grupos políticos partidarios que se unen “en contra de”. Ya vivimos experiencias similares en la conformación de la “Alianza” o la “Unión Democrática” en su momento. Hoy esa misma expresión se autodenomina “Cambiemos”. Su estudiado marketing será lo que quieras escuchar…como si la oferta fuera para vender un desodorante o perfume. Lo cierto es que hoy lo encabeza uno de sus referentes más representativos de la “patria contratista” (enriquecidos a costa del Estado y los beneficiados directos de la nacionalización de la deuda privada por Cavallo). De manera que hoy, uno de los grupos económicos de mayor poder concentrado y representado por sus “propios dueños”, está instalado en la presidencia de la República Argentina.
Algunos pensábamos que los argentinos, con todo lo que nos ha pasado en nuestra historia, no podíamos tener la ingenuidad colectiva de no saber de antemano lo que implicaría un gobierno ejercido por estos grupos institucionalizados después de una elección democrática, no obstante, la triste desgracia de estos tres años de macrismo lo expresan.
Han vuelto como en las peores épocas de nuestro país a explicar que “achicar el Estado es agrandar la Nación” o que “endeudar al país” es la única forma de lograr inversión y crecimiento, cuando no ha ingresado un dólar al país de inversión genuina. También es muy común escuchar la permanente batalla periodistas, políticos, analistas neoliberales decir que para “ser parte del mundo financiero internacional” tenemos que abrir la importación, situación que lo único que ha logrado es destruir la industria nacional, condenando al desempleo y la pobreza a millones de argentinos.
Lo más triste y cómplice sigue siendo la indiferencia, el silencio de quienes lo votaron, que anuentes al gobierno son participes necesarios de que hayan triplicado la deuda externa de nuestro país en tan solo tres años, que la economía se haya retraído y que se cierran fábricas y comercios todos los días. Completa esta foto que los salarios hayan perdido el poder adquisitivo de años atrás y el desempleo la subocupación son dramas instalados de todos los días.
Nos ha hecho volver al modelo neoliberal de neto carácter “político-financiero” en el que los grupos concentrados de poder vuelvan a controlar los aspectos esenciales de la economía, regulando para sí altos beneficios, donde el eje se pone en “congelar un poco…la producción y el consumo” por el supuesto “peligro inflacionario”, para llegar lentamente a la política económica anterior al 2003, que permitía una dolarización pronunciada de la economía, una “ineludible” dependencia del crédito internacional. Entonces la vertiginosa y exprofesa suba del dólar de estos últimos años, claramente ha sido una deliberada y premeditada política económica llevada a cabo por este gobierno para devaluar el peso y lograr superlativos beneficios económicos a unos pocos y una terrible tragedia económica de muchos, el pueblo.
El hecho de que el actual Ministro de Economía se jacte de decir que “su plata la tiene en el exterior” y que además no fuera necesario removerlo de su cargo durante toda esta crisis… es sin lugar a dudas porque ha hecho todo en línea con lo que han planeado. Entonces no es una cuestión de lucidez, darse cuenta que esta política económica es premeditada, perversa y se esta llevando a cabo en la sintonía y gusto de lo que quiere el gobierno de Macri.
No necesitamos seguir comprobando que este esquema genera una inmediata y marcada segmentación social y empobrecimiento como ya ha sucedido. Volvemos escuchar cómo nos explican de la necesidad de recortes de gastos, despidos, ajuste, reducción salarial, aumento de tarifas, cierre de fábricas por modernización, deuda pública, aranceles, privatizaciones, etc., en una economía basada en la acumulación financiera y de transferencia permanente de recursos hacia el exterior, donde el endeudamiento les permite volver a enriquecerse de una forma más rápida logrando para si excepcionales utilidades. El saqueo.
Este año de cara a las próximas elecciones nacionales no podemos suponer que la discusión sea planteada en términos de gustos, simpatías, estéticas, ciclos, o en el mejor de los casos, de gestiones administrativas (como muchos monopolios mediáticos proponen); debe quedar claro que están en juego intereses económicos y políticos que tienen una implicancia directa e inmediata, no sólo en aspectos estratégicos del país sino también en nuestra vida cotidiana.
En las elecciones de este año, no estará en juego “el color o matiz” del próximo gobierno, sino qué proyecto de país queremos los argentinos para los próximos años.
“Solo el pueblo salvara al pueblo” decía Raimundo Ongaro, por eso la única salida para el pueblo argentino es la construcción de nuestro proyecto nacional y popular de crecimiento económico, desarrollo productivo, solidario, con inclusión social y con una firme vocación de redistribución de las riquezas.
Como en todas de todas las crisis económicas que ha sufrido nuestro país, el camino es la práctica de políticas que se realicen sobre la base de la justicia social, la independencia económica, la soberanía política y la integración regional, logrando una Argentina más solidaria, inclusiva y democrática. Para propulsar las políticas que garanticen el pleno empleo y crecimiento económico sostenido. Porque la educación, la salud y la obra pública no es gasto sino inversión en una economía que crece y se proyecta en forma integral.
En síntesis, es entre dos proyectos de país, uno que incluye a los 40 millones y el otro para unos pocos, entre los cuales difícilmente estés vos.
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